sábado, 15 de enero de 2011

HOMENAJE A LA MUJER ISLEÑA

Muy presurosa ella se levantaba
en la tiniebla del amanecer
cuando ya los zorzales anunciaban
eldia que comenzaba a florecer.
La cara se lavaba minuciosa
mirandose al espejo del arroyo
en esa hora tenue y misteriosa
con el agua marron embellecia su rostro.
Siempre en el mismo espejo,interminable
peinaba sus cabellos entrecanos,
vestia su delantal inseparable
y canturreando se iba para el campo.

Salian a recibirla las gallinas
a las que prodigaba el alimento,
y al arrojar los granos de a puñados
parecia que las iba bendiciendo.
Suavizaba sus manos
amasando el salvado de los cerdos
luego usando su cuchillo afilado
cortaba pasto para los conejos.
Y volviendo a la casa
fue colocando, en la cocina a leña
a calentar en unas grandes ollas
el agua para todo, tarea isleña.
En inmenso tambor y con ceniza
dejarà reposar el agua turbia
porque de esa manera, al fin del dia,
serà clara como la de la lluvia.

Con esa agua y jabòn,del amarillo
fregarà ropa sucia con violencia,
si hubiera manchas, con el sol o el rocìo
se harian invisibles,, es una ciencia
Ala orilla del rio enjuagara cantando
y al fuerte sol, tenderà en una cuerda
lo que un rato despues ira planchando
con la vieja planchita carbonera.
Ycuidarà esas dalias fabulosas
que creceran por metros y colores
y las rosas del cerco primorosas
que aromaran el delta color cobre.

Prepararà amorosa la comida
porque a las once vuelve su familia
ella les servirà a todos , comedida
y hablaran de las cosas mas sencillas.
Dejarà la cocina reluciente
darà brillo otra vez con la ceniza,
que tiene propiedades emolientes,
con gran esmero, y con bastante prisa
Le queda hacer el pan para mañana
y prepara amorosa la batea,
en el horno de barro prende llamas
porque ademas de todo, es panadera.

Cuando pasen las lanchas por el rio
se acercarà a mirar, a ver quien pasa
agitando su mano en un sencillo
leve gesto, de aleteo de garza.
Prepararà leñitas para el fuego
remendarà las ropas de su esposo,
regarà los malvones del cantero
siempre mostrando su sereno rostro.
Cuando oscurezca encenderà la vela,
atizarà el carbon, harà una sopa,
talvez arroz con leche,con canela,
cerrarà el gallinero y juntarà la ropa.

Sus dias son iguales.Sin embargo
es feliz en el medio de su isla,
goza cada momento los milagros
que en la naturaleza se le brindan.
Trabaja con empeño,sin angustias.
La ciudad no la atrae con su engaño
y a pesar que su piel se vuelve mustia
nunca la elegiran mujer del año.



rosa buchignani